jueves, septiembre 17, 2009

Los almuerzos del domingo

Una tradición de las familias quiteñas y creo yo que de las ecuatorianas, llega a ser el almuerzo de los domingos. Generalmente esta tradición empieza a cimentarse cuando los hijos de la familia ya están grandecitos y además los abuelos de la familia, que mantenían la tradición, ya no están.

El tener un día de vacaciones en el cual toda la familia “meta mano” en las viandas, es una experiencia inolvidable, aunque en mi caso, la única que metía mano en la comida era mi mamá, a nosotros nos tocaba arreglar la casa para las visitas.

Recuerdo cuando era niño, el ñaño Patricio solía visitar la casa, no recuerdo con qué frecuencia, pero la visitaba precisamente para el almuerzo de familia, con mi tía y mis primos, creo que la tradición se perdió, cuando él se mudó a vivir por un tiempo en Manta, a su regreso, ya nada era igual… Bueh… en todo caso, continúo con la historia.

En los almuerzos de domingo, casi estrictamente se comía lo mismo: Un caldo de pollo cocinado lentamente, con vegetales y sin condimentos raros como los cubitos o los saborizantes, sino con aquellos naturales como la sal, la pimienta recién molida al igual que el comino, con un marcado sabor de apio, que se cocinaba lentamente con el pollo. El plato fuerte se constituía del pollo, previamente cocinado en su caldo, sazonado con sal, pimienta y comino y frito en una generosa cantidad de aceite, hasta que la piel se encuentre bien crujiente, esto acompañado de papa cocinada con salsa blanca (bechamel le dicen los finos), fideos tallarín revueltos con huevo y queso, coronado todo esto con lechuga fresca cortada en finas tiras. Para complementar el almuerzo, se servía jugo de mora, hecho con moras cocinadas, coladas en cedazo y luego, licuado el jugo con un huevo crudo para espumar y azúcar para endulzar generosamente. Realmente solo de pensarlo se me hace agua la boca…

Uno de los recuerdos gratos que tengo y que de alguna manera quiero replicar en mi casa, es la preparación del aliño para las carnes que ofrecía mi mamá. Con los ingredientes en la mano, tomaba su piedra de moler y en ella colocaba cebolla blanca, cebolla paiteña o perla, sal, pimienta y comino entero, luego, a fuerza de moler con la piedra, la casa se inundaba de un olor picante y mordisqueante pero a la vez aromatizado por las especias.

Poco a poco, el almuerzo dominguero, se fue diluyendo y dio paso a otras tradiciones dentro de casa, como ir a comer fuera, salir de la ciudad y almorzar en las parroquias aledañas a Quito como Guayllabamba o El Quinche. Durante algún tiempo, mi mamá tuvo la costumbre de salir los días sábados a hacer compras en el sector de La Ipiales, durante el tiempo en que las ventas ambulantes del sector tenían tomadas las calles del Centro Histórico de Quito. Cuando hacía las compras, era infaltable su regreso, con un buen festín constituido por conejo asado y papas en salsa de maní. Esa era también una delicia difícil de igualar.

miércoles, septiembre 16, 2009

El día que elegimos Reina del Barrio

No alcanzaría yo los tres o cuatro años, cuando, en el barrio se efectuó la tradicional elección de Reina del Barrio, previa a las fiestas de fundación de la Ciudad de Quito que se celebran durante la primera semana del mes de diciembre y que tiene su punto mayor la noche del cinco.

La Elección de Reina, se la hizo durante mucho tiempo, en la escuela que quedaba a una cuadra de mi casa, era una escuela fiscal con el nombre de “Escuela República Federal de Alemania”.

Las imágenes que tengo grabadas, se tienden a mezclar con las historias que mamá solía contar, pero recuerdo vividamente los peinados típicos de los años setenta, pelos engominados de los hombres, la mayoría con “Glostora lavanda”, patillas, lentes con marcos de carey… y las mujeres… ah… las mujeres, con vestidos que iban desde minifaldas puestas de moda en los sesentas por Mary Quant hasta las maxis que no eran más que vestidos extremadamente largos, que cubrían a las damas casi hasta los tobillos, ceñidos a los cuerpos y con partidos que llegaban hasta la mitad del muslo, colores pasteles y peinados, unos sueltos y otros altos como la cantante de los B52’s.

La amplificación, era un equipo de P. A. y en lugar de micrófono, se veía una especie de transmisor de radio de banda civil. No me pregunten sobre la música ni sobre si hubo o no baile y orquesta, lo que recuerdo es una deliciosa gaseosa de uva y la emoción de mi familia cuando a mi ñaña la coronaron como reina del barrio.

Borrosamente recuerdo a quien en aquel entonces era el Alcalde de Quito, el Arquitecto Sixto Durán Ballén, que años después sería Presidente Constitucional del Ecuador. Si mal no recuerdo, él estuvo en la ceremonia de coronación de la nueva reina acompañado de un séquito de colaboradores, todos con terno oscuro, lentes de marco de carey y pelos engominados, la mayoría miembros de la Cámara Júnior, de quienes mi madre me decía, que pertenecían a la alta sociedad quiteña y a quienes en mis años de juventud pretendí parecerme.

Por aquellas épocas se encontraba de moda la música de los Iracundos y los Ángeles Negros. Como les comentaré más tarde, yo no tuve contacto con otro tipo de música que no fuera la latina, así que, musicalmente fui criado con Boleros, Pasillos y baladas latinas de vez en cuando, matizados con otro tipo de sonidos de música hippie que también se encontraba de moda. Mis contactos con los grupos de rock de los setentas, vino con mi adolescencia, o sea como 10 años después.

Volviendo a la música, recuerdo la famosa “noche del 5" que como dije antes, es la cúspide de las fiestas de la ciudad. Durante esa noche, había fiesta popular en las calles, y en mi caso particular, en la calle donde desembocaba el pasaje donde vivía. Apenas a dos casas de distancia, salía para ver tocar a la Banda Municipal, nuestros amados “trompudos” que siempre daban inicio a las celebraciones.

Recuerdo haber pasado interminables momentos viendo a la banda tocar sus instrumentos, parado frente al bombo y los platillos, con la boca abierta como los niños de pueblo que por primera vez ven un instrumento musical.