viernes, septiembre 11, 2009

Sobre cómo dejé de tocar guitarra

Crecí en un barrio que en aquel tiempo era considerado como un barrio popular de Quito: En la Tola Baja, exactamente a una cuadra de la avenida oriental subiendo por el puente peatonal, a la izquierda en el primer pasaje... la segunda casa de la derecha...

A mi abuela paterna la llamé mamá, pues era la única madre que conocía y a mis tíos los llamaba ñaño o ñaña, expresión autentica de ecuatorianismo. Durante mi infancia, la ñaña Quelo (así le decía pues no podía pronunciar la palabra Consuelo) era soltera y aún vivía con mamá, en cambio el ñaño Pato, ya era casado y vivía un poco más arriba de la casa, casi entrando en la Tola Alta, junto al Estadio de la Liga Barrial La Tola. Para la época de mis recuerdos, el ñaño Pato y la Michita (Mercedes, su esposa y mi tía) ya tenían dos hijos, mis primos Mauricio (el mayor) y Freddy (el menor) y solían ir a casa de visita muy seguido. Recuerdo un escarabajo Wolkswagen en el cual solían ir a casa y en el cual me encantaba subirme para ir metido en la perrera que se forma entre el espaldar del asiento posterior y el inicio del motor del auto.

Para alguno de mis cumpleaños, mamá (o la ñaña, no recuerdo bien) me compraron una guitarra, de esas de palo que venden en las ferias y que tienen cuerdas metálicas que, despacio y constantemente van limando los dedos de los pequeños. Con esa guitarra me sentía Palito Ortega o Nicola Di Bari y andaba cantando de arriba abajo soñando con algún día ser cantante y grabar un disco, de esos de acetato que veía en la casa.

Para aquella época, tenía una vecina a la que solía andar molestando, su casa estaba junto a la mía, y se llamaba Norma, cuyo padre, don Fernando Suasnavas era una institución, por así decirlo, en el círculo de “chullas quiteños” de los años setenta del siglo XX. Entre las cosas que solía hacer, era cantarle con mi guitarra de palo, una canción que por la época andaba de moda en la radio, cantada por el ruiseñor de América, don Julio Jaramillo, o el tío Julio, como solíamos decirle en broma en la familia, esta canción iba mas o menos en ritmo de vals y decía algo como “Escúchame esta canción / que te la dedico a ti / como un recuerdo de amor / Norma mía”. Con apenas 3 o 4 años, andaba yo dando serenatas a las vecinas de barrio, hasta que cierto día, llegaron mis primos en su visita (creo que debe haber sido un domingo) y entre risas y juegos, fuimos sacando absolutamente todos los juguetes que yo tenía (que no eran muchos, pero que entretenían) y se suscitó una pequeña gresca entre mi primo y yo (no recuerdo si fue con el Mauricio o con el Freddy), por la posesión y consecuente derecho al uso y disfrute de la guitarra de palo (ahí salió lo abogado), para no alargar el cuento, la gresca fue de tal tamaño, que mamá, que tenía pocas pulgas, hizo de réferi de la pelea que terminó cuando a ella se le ocurrió ponerme la guitarra como poncho con mi consiguiente llanto y claro, con el deseo de no ver nunca más una guitarra en mi vida.

Fue en ese momento que el mundo se libró de mi como cantante y mamá se aseguró que no sea un bohemio de grande.

jueves, septiembre 10, 2009

Mis primeros recuerdos

Al mirar hacia atrás y fijarme en los resultados de mi vida, realmente creo haber tomado demasiadas decisiones equivocadas, tantas que puedo perder la cuenta de las mismas, pero creo que, el conjunto de todas estas decisiones equivocadas, me han llevado a vivir una vida plena.

Tal vez no tenga el dinero ni la fama ni la fortuna que esperaba tener, tal vez no tenga la calidad de vida que algunos de mis compañeros tienen actualmente y tal vez a mis cuarenta años no tengo aun mi vida arreglada o peor aún solidos cimientos sobre los cuales edificar mi segunda y posiblemte mi tercera edad, pero, ¡¡¡ rayos !!! Tengo un hogar al cual regresar cada noche, tengo un trabajo que me permite vivir decentemente, tengo comida para llevarme a la boca y llevarla a mi familia, ¡¡¡ tengo una familia hermosa !!! Tengo amigos… muchos amigos y tengo varios blogs que son como hijos virtuales… tengo tantas ideas y tantos planes y tantos proyectos, que no me alcanzarían tres vidas para completarlos. Por eso agradezco, no todos los días, pero cada vez que lo recuerdo, agradezco a Dios, al ser infinito, al Gran Arquitecto del Universo por mi vida y por las bendiciones que tengo.


Los primeros recuerdos que aparecen claros en mi memoria se remontan a la época en la que tenía tres o cuatro años… no recuerdo más allá de aquello. En ocasiones he visto antiguas y amarillentas fotos de mis otras edades… de las edades más infantiles y uno que otro recuerdo aflora, como aquella vez en que con mi familia veíamos desde el cerro en el que estaba enclavada mi casa, hacia el cerro del frente, en el cual estaban construyendo lo que a la postre sería la Autopista General Rumiñahui… y muy poco recuerdo de eso… las imágenes que tengo en la cabeza son igual de amarillentas que las fotografías y, me pregunto ¿serán solo los recuerdos los amarillentos o en realidad el sol brillaba más cuando yo era pequeño? ¿será el efecto de los años en las fotografías o en realidad los setentas tuvieron una tonalidad pastel?

Otro recuerdo que viene aparejado de una fotografía es un viaje a San Pablo del lago, en aquella época los viajes eran realmente largos, y llegar a San Pablo tomaba al menos unas 3 horas, o al menos así me parecían a mí. El recuerdo tiene que ver con los sentidos, el frio que hacía en el lago obligaba a que yo me encuentre cubierto hasta la capucha con un saco azul… azul marino, de lana, con un sello marinero, de esos que pican un poco, las orejas frias, cubiertas con la capucha… y hasta ahí el recuerdo.

Yo nací a inicios del año 1969 lo cual significa que soy producto de una noche de pasión de mis padres en pleno mes de abril, se puede decir que soy consecuencia de la primavera. La historia de mis padres, algún día la contaré, sepan ustedes solamente que nací en el mes de enero, soy el tercer hijo de mi madre y el primer hijo de mi padre y, por las circunstancias en las que fui concebido y nací, me quedé a cargo de mis abuela y mis tíos, mientras mi abuelo y mis padres trataban de hacerse una nueva vida en los Estados Unidos.

miércoles, septiembre 09, 2009

Mis encuentros con las transmisiones de video en internet

(La imágen que se encuentra aquí, pertenece a www.inkygirl.com y se encuentra en este post solo con propósitos de diversión. Personalmente no reclamo para mi su autoría)
Hoy empiezo un reto especial que lo he estado posponiendo una y otra vez desde que escuche sobre este programa. El reto de escribir quinientas palabras al día, coherentemente y sin fallar, un solo día, me recuerda las épocas universitarias cuando nos retábamos con algunos amigos a escribir un cuento al menos una vez por semana. Muchos de nosotros fuimos abandonando el reto, se convertían en “un cuento cada quince días”, “un cuento por mes” “es que es largo loco… y además he estado estudiando para el examen de Sucesiones”.

Ahora, encontrar de qué hablar en quinientas palabras, es el segundo reto, el primero es ser constante. Al asumir este reto, voy a tomar a este blog como el confesionario en el cual expondré las ideas, “desde las más sublimes hasta las más perversas”, que se me ocurran a diario.

Durante estos días he estado intentando en vano, hacer una transmisión decente en el sistema ustream.tv, y me refiero a una transmisión decente a intentar transmitir no solo con la web cam sino también con la posibilidad de transmitir videos mientras hacemos un programa interesante de comentarios y ocurrencias con los vagos que tengo de amigos.

En principio intenté solo con el controlador gratuito que provee la página ustream.tv, y llegué a la primera conclusión: 1.- necesito comprar una nueva web cam con una mejor resolución, pero, a pesar de la conclusión, decidí hacer la primera emisión de prueba del programa que por el momento tiene nombre de “la chacota”. Durante la emisión se presentaron ciertos inconvenientes al querer compartir “en vivo” un video posteado en el Youtube, lo cual, al final de la transmisión, me guió hasta mi segunda conclusión: 2.- La velocidad de procesamiento o la memoria RAM de mi computadora no son suficientes para soportar la carga de transacciones que presupone el descargar un video y al mismo tiempo cargar una transmisión en internet. Así que decidí que lo mejor sería conseguir un programa que me ayude a mezclar la transmisión de la cámara con los videos a presentarse sea desde la web o desde mi propio disco duro.

Averiguando y entrando en diferentes foros, supe que, para hacer lo que necesitaba, debía descargar un programa denominado WebcamMax cuya versión de evaluación dura 30 días y se la puede descargar directamente desde la web del autor. El programa parece sencillo y en realidad funciona así que decidí hacer una segunda transmisión de prueba que resultó un fracaso puesto que encontré dificultades al presentar el video musical que salía desde mi disco duro, lo cual me llevó a mi siguiente conclusión: 3.- Realmente la velocidad de procesamiento de mi computadora me juega una mala pasada por lo tanto, debo comprar una nueva computadora.

Antes de verter los santos oleos sobre mi AMD Duron de 1.2Ghz, decidí hacer una última prueba con el programa Manycam que se promocionaba como similar al anterior, resultado: Tercera transmisión fallida y por lo tanto, re afirmación de la conclusión número tres y del hecho que soy un necio sin remedio.